domingo, 1 de septiembre de 2013
jueves, 8 de agosto de 2013
martes, 6 de agosto de 2013
Fantasías. Respuesta al post de Zizek
Por Noam Chomsky (*)
Hace unas semanas, preguntado de
pasada, en el curso de una entrevista oral, por el famoso publicista
esloveno Slavoj Zizek, Chomsky realizó una sumaria declaración
transcrita y traducida para SinPermiso por su amiga Julie Wark en la
que manifestaba su total falta de interés por el personaje, a quien,
dijo, no podía tomarse en serio.
La celebridad eslovena replicó con una de sus espásticas escenificaciones habituales. Esta es la sumaria respuesta de Chomsky.
He recibido unas cuantas peticiones de comentario al post Slavoj
Zizek Responds to Noam Chomsky: I Don t Know a Guy Who Was So Often
Empirically Wrong ( Slavoj Zizek replica a Noam Chomsky: No conozco a
ningún gachó que haya metido tanto la pata empíricamente :
http://www.openculture.com/2013/07/slavoj-zizek-responds-to-noam-chomsky.html).
Lo he leído con cierto interés, esperando aprender algo, y dado el
título, descubrir algunos errores a corregir. Los hay, ni que decir
tiene, en prácticamente cualquier cosa que llegue a imprenta, incluso en
las monografías académicas técnicas, como puede apreciarse leyendo las
reseñas que aparecen en las revistas especializadas. Y cuando los
descubro o se me informa de su existencia, corrijo los errores.
No en este caso, sin embargo. Zizek no encuentra nada, literalmente
nada, que sea empíricamente erróneo. Lo que apenas puede sorprender.
Cualquiera que se jacte de descubrir errores empíricos y sea
mínimamente serio, tendrá que terminar aportando alguna que otra pieza
probatoria: citas, referencias, algo. Pero nada hay de eso, lo que
tampoco me sorprende. Ya me había tropezado con algunas muestras del
concepto zizekiano de hecho empírico y de argumento razonado.
Por ejemplo, en el número de invierno de 2008 de la revista cultural
alemana Lettre International, i ek me atribuía a mí un comentario
racista que sobre Obama había hecho Silvio Berlusconi. Lo ignoré.
Cualquiera que ande al estricote con la ortodoxia ideológica está hecho
a ese tipo de trato. Sin embargo, un editor de la revista Harper, Sam
Stark, se interesó en el asunto, y lo siguió. En el número de enero de
2009 publicó el resultado de sus pesquisas. Zizek decía que basaba la
atribución a mi persona en algo que había leído en una revista
eslovena. Maravillosa fuente, si es que existe. Con todo y con eso
proseguía tan terne , atribuirme a mí un comentario racista sobre Obama
no era una crítica, porque yo habría hecho esas observaciones como
una caracterización enteramente admisible en nuestra lucha política e
ideológica .
Dejo a otros la decodificación de eso. Cuando el
periodista/activista esloveno Igor Vidman le preguntó al respecto, Zizek
le respondió que ya había discutido el asunto por teléfono conmigo y
que yo estaba de acuerdo con él:
http://www.vest.si/2009/01/31/zizkov-kulturni-boj/. Pura fantasía,
huelga decirlo.
No es el único caso. Y ahora, en efecto, sus comentarios vienen a
suministrarnos un buen ejemplo de sus prácticas. De acuerdo con él, yo
sostengo que no necesitamos ninguna crítica de la ideología , es decir,
que no necesitamos aquello a lo que yo he venido dedicando enormes
esfuerzos durante muchos años. ¿Sus pruebas? Se lo habría oído decir a
alguien que habría hablado conmigo. Pura fantasía, de nuevo, y otro
indicio de su concepto de hecho empírico y discusión racional.
No podía yo, así pues, esperar gran cosa.
El único ejemplo de Zizek es este: Me acuerdo de cuando [Chomsky]
defendía esta manifestación de los Jmeres Rojos. Y escribió unos
cuantos textos diciendo: No, eso es propaganda occidental. Los Jmeres
Rojos no son tan terribles . Y cuando luego se ve obligado a admitir
que los Jmeres Rojos no eran los tipos más amables del Universo, etc.
etc., su defensa me resultó bastante chocante: No, con los hechos de
que disponíamos en ese momento, yo llevaba razón. Entonces no sabíamos
todavía lo suficiente, bueno ya sabe . Pero yo rechazo totalmente esta
forma de razonamiento .
Vayamos a los hechos empíricos que i ek encuentra tan aburridos.
i ek no cita nada, pero se refiere presumiblemente a un trabajo mío
de los 70, coescrito con Edward Herman (Political Economy of Human
Rights [Economía política de los derechos humanos]), así como a
Manufacturing Consent [La producción de consenso], en donde, una década
después, repasábamos hechos y respondíamos al tipo de objeciones y
críticas que aparentemente tiene en mente i ek. En PEHR habíamos
elaborado con muchas ilustraciones la distinción de Herman entre
víctimas dignas e indignas. Las víctimas dignas son aquellas cuyo
destino puede atribuirse a algún enemigo oficial; las indignas son las
víctimas de nuestro propio estado y de los crímenes de éste. Los dos
primeros ejemplos en los que nos centrábamos eran la Camboya bajo los
Jmeres Rojos y la invasión indonesia del Timor oriental por la misma
época. Se dedicaba un largo capítulo a cada caso. Son ejemplos muy
elocuentes: atrocidades comparables, en la misma región, en el mismo
momento. Las víctimas de los Jmeres Rojos son víctimas dignas , cuyo
destino ha de atribuirse a un enemigo. Los timoreses son víctimas
indignas , porque nosotros somos los responsables de su destino: la
invasión indonesia fue aprobada por Washington y plenamente apoyada
luego, hasta en sus peores atrocidades, las cuales, aunque calificadas
luego por una investigación posterior de NNUU como genocidas , estaban
ya ampliamente documentadas en ese momento. Nosotros mostrábamos que
subyacía en ambos casos una mentira de tan extraordinaria escala, que
habría impresionado al mismísimo Stalin. Pero de direcciones opuestas:
en el caso de los JR, una enorme falsificación de supuestos crímenes,
incluyendo la reconfiguración de las acusaciones tras demostrarse
falsas, y la intencionada ignorancia de las pruebas más creíbles, etc.
En el caso del TO, en cambio, silencio, por lo general, o negación de
la evidencia.
Los dos casos son distintos, huelga decirlo. El caso del TO es
incomparablemente más significativo, porque podría haberse puesto
fácilmente fin a las atrocidades, como se hizo finalmente en septiembre
de 1999, simplemente con una indicación de Washington de que el juego
había terminado. En cambio, nadie tenía una propuesta sobre lo que
podía hacerse para poner fin a las atrocidades de los JR. Y cuando una
invasión vietnamita terminó con ellas en 1979, los vietnamitas fueron
duramente condenados por nuestro gobierno y nuestros medios de
comunicación. Y castigados por ello: los EEUU empezaron de inmediato a
apoyar diplomática y militarmente a los JR. Llegados a ese punto,
cesaron prácticamente los comentarios: los camboyanos se habían
convertido en víctimas indignas, atacadas por sus torturadores JR
sostenidos por Washington. Análogamente, habían sido víctimas indignas
antes de la toma del poder por los JR en 1975, porque padecieron el
asalto de los EEUU en el bombardeo más intenso de la historia
equivalente a todo el bombardeo aliado en el teatro bélico del Pacífico
durante la II Guerra Mundial dirigido contra una indefensa sociedad
rural siguiendo órdenes transmitidas por Henry Kissinger: a todo lo que
vuele, a todo lo que se mueva .
Consiguientemente, poco se dijo sobre
su miserable destino entonces, y hasta el día de hoy.
Los especialistas en Camboya sostienen que ha habido más
investigación del período entre abril de 1975 y 1978 que del resto de
toda su historia. Nada sorprendente, dada la utilidad ideológica del
sufrimiento de las víctimas dignas, otro de los asuntos sobre los que
reflexionábamos.
En esos libros y en otros logramos reunir una amplia documentación
que mostraba como bastante normal la pauta seguida: la Camboya bajo los
JR (pero repárese bien en ese hecho crucial antes, no luego) y el TO
resultaban casos paradigmáticos y particularmente espectaculares.
Mostrábamos también que esa pauta resulta imperceptible: dábamos muchos
ejemplos y ofrecíamos la obvia explicación.
Lo que escribimos sobre el caso, harto más importante, del TO,
entonces y desde entonces, ha sido prácticamente ignorado. Lo mismo
puede decirse de lo que nosotros y otros hemos escrito sobre Camboya en
los momentos en que eran víctimas indignas, sometidas a ataque
estadounidense. En cambio, se ha creado toda una industria, rebosante
de histeria, empeñada en descubrir errores en nuestro repaso de los
hechos desarrollados en la Camboya bajo los JR y en nuestro tratamiento
de esos hechos. Hay que decir que, hasta la fecha, sin éxito.
Estoy
seguro de que hablo también en nombre de Ed Herman si digo que estamos
orgullosos de la recientísima reedición de ese viejo texto, junto con
el trabajo, mucho más importante, sobre las víctimas indignas, del mismo
modo que nos sentimos felices de revisar los hechos y de responder a
la tormenta de críticas una década después
No es demasiado sorprendente que no se hayan descubierto errores.
Porque hicimos poco más que pasar revista a lo que estaba publicado,
dejando muy claro conforme a la cita de uno de los comentaristas sobre
i ek que nuestro principal cometido aquí no es el de establecer los
hechos en relación con la Indochina de postguerra, sino más bien el de
investigar la refracción sufrida por esos hechos al pasar por el prisma
de la ideología occidental, un cometido muy distinto ; y harto más
sencillo, todo ha de decirse. Escribimos entonces que no podíamos saber
cuáles eran los hechos reales, pero sugeríamos a los comentaristas que
se atuvieran a la verdad y prestaran atención al registro documental y
a los observadores más calificados, en particular a las conclusiones
que citábamos procedentes de la inteligencia del Departamento de
Estado, reconocida como la fuente más informativa. Además, el capítulo
fue cuidadosamente leído por académicos de primer nivel especialistas
en Camboya, antes de ser dado a imprenta. De modo que la falta de
errores no es una gran sorpresa.
Harto más interesante resulta el hecho de que quienes en nuestros
días se hallan totalmente atrapados por la propaganda occidental
adhieren religiosamente a la doctrina prescrita: aspavientos de gran
indignación respecto a los años de los JR y a nuestro concienzudo
escrutinio de la información disponible y de la torrentada
falsificacatoria; y silencio sobre los casos mucho más significativos
del TO y de la Camboya sometida a los ataques de los EEUU, antes y
después de los años de los JR. Los comentarios de i ek constituyen un
caso paradigmático de eso.
Como el lector puede fácilmente comprobar, Zizek no ofrece ni un
adarme de prueba para sostener sus acusaciones; se limita simplemente a
repetir lo que probablemente ha escuchado (o leído por acaso en una
revista eslovena ). No menos interesante es que le resulte chocante que
nos sirviéramos de los datos accesibles. Él rechaza totalmente ese
proceder. No es necesario comentar una observación que abona la mala
reputación de la irracionalidad.
El resto de los comentarios de i ek no guardan la menor relación
con nada que yo haya dicho o escrito, de modo que puedo ignorarlos.
Queda la cuestión de por qué este tipo de hueras escenificaciones se toman en serio. Pero la dejaré también de lado.
(*) Profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía
del MIT. Universalmente reconocido como renovador de la lingüística
contemporánea, es el autor vivo más citado, el intelectual público más
destacado de nuestro tiempo y una figura política emblemática de la
resistencia antiimperialista mundial.
Fuente: Bitácora
lunes, 22 de julio de 2013
Anarco Marxismo
Solicitud de una estudiante de Historia (III)
Apreciada estudiante de Historia: Efectivamente, hace 10 años declaré ser ideológicamente “anarco-marxista” (entrevista de Juan Carlos Lemus para Prensa Libre, septiembre del 2003). El concepto lo tomé del australiano Richard Peet, de la Universidad Nacional Australiana (me referiré a él en el próximo artículo). Actualmente dudo que Marx haya descubierto el materialismo histórico, pero el padre del anarco-marxismo Noam Chomsky declaró en 1974 que se colocaba en una posición de la izquierda que conjugaba el marxismo de Rosa Luxemburgo
En el libro antes mencionado dice Chomsky: “Hay en Marx corrientes encontradas. Pero pienso que es característico, y desafortunado, el que la lección tomada de Marx y Lenin para el período posterior fuese la lección autoritaria. Es decir, fue el Lenin autoritario el que persistió, el que se concentró en la conquista del poder estatal por el partido de vanguardia y en la destrucción de todas las tribunas populares en interés de las masas. Ese es el Lenin que conocerían las generaciones posteriores. Y una vez más, esto no era demasiado sorprendente, porque eso es lo que realmente era en la práctica el leninismo. Y yo pienso que para todo ese movimiento socialista es una tremenda tragedia que la Revolución Rusa fuera identificada como socialista”. Afirma Chomsky que Lenin fue “el típico ideólogo de partido y sus diversos esclavos en los llamados movimientos socialistas tenían, para sus propios propósitos, que identificar el capitalismo de Estado que estaban formando con algo un poco mejor que eso. Entonces incorporaron toda la tradición socialista en su estructura extremadamente reaccionaria. Y con ello, virtualmente, destrozaron la tradición socialista”.
El anarco-marxismo, visto por Chomsky, considera que los anarquistas y los marxistas de izquierda, fundamentados en un sistema de consejos y federaciones de trabajadores urbanos y del campo, son suficientes para planificar un desarrollo nacional. Sin embargo, “en los sistemas de socialismo estatal, el plan nacional viene trazado por la burocracia nacional que acumula para sí y monopoliza toda la información necesaria y que toma las decisiones”.
De vez en cuando se presenta al público y le dice: “Podéis escogerme a mí o a ése, pero todos formamos una misma burocracia remota que no está a vuestro alcance”. Para él, el anarco-marxismo debe contribuir a un cambio en la mentalidad del ser humano: “Exactamente la transformación que el hombre es capaz de concebir en cuanto concierne a su habilidad en la acción, su potestad de decidir en conciencia, de crear, de producir y de investigar, exactamente aquella transformación espiritual a que los pensadores de la tradición marxista izquierdista, desde Rosa Luxemburgo, por ejemplo, pasando por los anarquistas, siempre han dado tanta importancia” (En: “Sobre la sociedad anarquista. Conversación sostenida con Peter Jay para la televisión británica el 25 de julio de 1975, publicada en la obra arriba mencionada”).
Fuente: Prensa Libre
viernes, 16 de noviembre de 2012
Los ilusionistas
Noam Chomsky ilumina las claves para la nueva era en "Ilusionistas"
Como respuesta complementaria a los "indignados", Chomsky apuesta por los "ilusionistas", no sin antes criticar a su país, Estados Unidos, donde considera que "las elecciones son más o menos compradas, y los compradores esperan ser recompensados".
Filósofo, semiólogo y activista, Chomsky expresa en esta nueva obra, de la que Ediciones Irreverentes tiene la exclusiva en español, cómo "el olvido nunca descansa", en palabras de Majfud, quien destaca del libro la siguiente cita: "Es normal que los vencedores arrojen la historia a la basura, como lo es que las víctimas insistan en rescatarla".
Y siempre a vueltas con la instrumentalización del lenguaje, Chomsky critica en "Ilusionistas" la nomenclatura eufemística tan en boga. "Cómo a la destrucción del Estado de Bienestar se le llama 'ajustes', cómo las invasiones norteamericanas con sus aliados europeos son 'en defensa de la libertad'", explica el editor jefe de Irreverentes, Miguel Ángel de Rus.
"Para cambiar el mundo, primero tenemos que recuperar el significado de las palabras. Chomsky nos explica cómo hacerlo", concluye De Rus.EFE
domingo, 4 de noviembre de 2012
El problema de hacer política como escondiendo la mano
por Eduardo Blaustein
El cacerolazo seguramente será extendido y debe ser escuchado como un llamado de atención al Gobierno. La presencia de Luis Barrionuevo es un riesgo para la convocatoria. Redes sociales que van del macrismo al Episcopado. Mucho ruido, poca expresión electoral.
De lo mucho que se dijo sobre el último cacerolazo y el que viene, acaso una de las mejores reflexiones vino de una opositora inteligente del kirchnerismo, Beatriz Sarlo. En su habitual columna de La Nación, y después de cuestionar las críticas oficialistas por discriminatorias, Sarlo aceptó que en las protestas con cacerolas late un “despiste ideológico”, “antipatía contra la política” y añadió algo crucial: “Detestar al kirchnerismo no produce política. Y hoy, en cualquier lugar del mundo, afirmar la primacía absoluta de los derechos individuales (yo hago lo que quiero con lo mío) es una versión patética y arcaica de lo que se cree liberalismo”.
Con los cacerolazos, parte de las críticas kirchneristas se centró en el origen de clase de los manifestantes (exacerbando la presunta componente “oligárquica”, cuando entre los caceroleros hay bastante más que señoras de Recoleta) y en una discusión algo estéril acerca de cuán “organizada” o “espontánea” fue la protesta y cuánto lo será el 8N. No está mal que se revele la componente “organizada” de la protesta, pero eso no quita que los manifestantes sean parte de la sociedad. Blogueros kirchneristas y periodistas del palo aportaron buenos datos acerca de quiénes manejan algunas de las redes sociales más activas. De esos repasos se desprende que blogs como El Cipayo o Argentina contra K son manejados por gente de buenos recursos allegada al PRO, a la Sociedad Rural y, según el caso, especializada en el manejo publicitario de las nuevas tecnologías.
Un caso resonante es el de Luciano Bugallo, quien integró la Fundación Fragua, cercana al macrismo, y que una vez “descubierto” (si cabe usar el término) intentó borrar las huellas virtuales de su actividad de organizador. Bugallo tiene a su vez una relación cercana con Martín Urdaniz (diplomado en el CEMA, la UCA y una universidad californiana), además de especialista en administración de redes sociales con fines empresariales y miembro de Pensar Argentina. Esta ONG alguna vez invitó al nada liberal propietario del diario La Nueva Provincia, Vicente Massot, a un panel de discusión. Redes sociales u ONG de los blogueros-caceroleros, a menudo asociadas (y/o fondeadas con recursos de) el gobierno macrista, según el caso llevan directo al Episcopado, a sectores antiabortistas, a los defensores póstumos de la última dictadura militar.
120 mil bebés. Otros espacios a los que se asocia con la organización ciberespacial del cacerolazo son el Grupo Ceibo, Pensando Argentina o la Red de Encuentro Ciudadano. El Grupo Ceibo, acaso una mera pantalla, se presenta como un colectivo de jóvenes profesionales cuya premisa es “generar el cambio”. No precisan en su web de qué cambio se trata excepto por una consigna sencilla, pobre, y confusa: “Se intentará tomar lo mejor de los países desarrollados sobre sus plataformas y accionar en la administración pública y su repercusión en la actividad privada y la sociedad toda siempre desde el fortalecimiento de las instituciones”. “¿Cómo pretendemos alcanzar el cambio?”, se preguntan los jóvenes ceibos. Respuesta: a través de la comunicación. En Pensando Argentina articula Martín Urdaniz, quien a la vez aparece en la web de Diálogo Ciudadano, donde destaca una suerte de cuenta regresiva de bebés muertos. “El aborto hoy matará 120 mil bebés”, se afirma desde ese sitio de internet, sin aclaraciones sobre fuentes o especialistas que sostengan la estadística, ni en qué lapso se producirán tantas muertes de así llamados bebés. Más abajo hay diversas intervenciones de obispos sentando posición sobre los temas que preocupan a la Iglesia, no sólo en Argentina.
El nombre de Luciano Bugallo vuelve a repetirse en Linkedin asociado por él mismo como miembro de la Red de Encuentro Ciudadano (REC) y del Grupo Ceibo. Bugallo se presenta como responsable comercial de EQ Entertainment (una productora “que desarrolla productos vinculado a los deportes hípicos”) y periodista de una revista especializada en temas agropecuarios. Bien visibles abajo y a la derecha de esa página de Linkedin se reitera el nombre de Martín Urdaniz y también el de Max Gulmanelli, director general de Educación de Gestión Estatal en el Ministerio de Educación del Gobierno porteño... y miembro de la Fundación Fragua.
Una mirada interesante sobre los modos y códigos de organización de los caceroleros es la que aportó el periodista Nicolás Llantos en Página/12. Una de sus notas informaba que en las redes sociales antikirchneristas, de cara al 8N, se recomienda que quienes se movilicen vayan “con pantalón y remera blanca” (acaso como mensaje pacifista o para no ostentar ropas caras) y escarapelas, que no contacten con los medios cosa de que los medios (se supone que los kirchneristas) no los recorten o escrachen. La misma nota dio cuenta de internas y de primeras disputas por protagonismo entre los convocantes.
Otra organización a la que se vincula con los cacerolazos es la Fundación Despertar, relacionada con los agronegocios y dirigida por figuras señeras, como el ruralista Luciano Miguens; el ex directivo periodístico de La Nación, José Claudio Escribano; o Eduardo Enrique Bunge, quien también participa de la enésima organización civil que alguna vez intentó articular el pensamiento de la derecha: Darse Cuenta (da toda la sensación de que la sobreabundancia de fundaciones tiene que ver con la fragmentación de la derecha y/o con el mero negocio o la plataforma de relaciones públicas). Como todas las asociaciones mencionadas, la Fundación Despertar se propone estimular la participación ciudadana, transparentar las instituciones, defender la República. En marzo pasado esa entidad festejó el aniversario de la derogación de la Resolucion 125 con una disertación de Santiago Kovadloff sobre el auge presunto de la participación ciudadana. ¿Dónde participaron y defendieron la República estos ciudadanos? En avenida Quintana 191, sede de la preciosa residencia francesa construida en 1904, en la que funciona el restaurante y salón de recepciones de la Asociación Cooperativa de Criadores de Caballos de Sangre Pura de Carrera.
Atento al cucharón. Todos estos datos son ciertos, pero como se sugirió más arriba, encerrarse en ellos es un ejercicio algo estéril. Que los cacerolazos sean en buena medida promovidos y organizados por cuadros técnicos o políticos de la derecha argentina es natural y hasta legítimo. Toda fuerza política o social necesita de organización y capacidad de movilización y en todo caso aquí la paradoja y el límite es que, como sostienen Sarlo y el kirchnerismo también, muchos caceroleros detestan la política, con lo cual es aventurado futurizar sobre las perspectivas del movimiento de cacerola y cucharón en términos de continuidad y más aún de construcción partidaria. Es lícito y oportuno desmontar el discurso sobre la espontaneidad e inocencia con que se manifiestan “las clases sanas de nuestra sociedad”. Pero con eso no alcanza.
Tal como se dijo en alguna edición anterior de Miradas, en todo caso el cacerolazo que fue y el que viene merecen anotarse como un llamado de atención, una muestra aunque recortada y algo caprichosa de malestar social al menos en ciertos sectores de clases medias urbanas, en algunos puntos ante temas que deben ocupar al Gobierno. Nada cambiará de manera rotunda el 8N (ver nota en esta página sobre las perspectivas electorales del año que viene) y hasta es posible que la protesta cacerolera en el futuro mediato se desgaste o se degrade, especialmente ante autoinvitaciones a participar tales como las de Luis Barrionuevo, emblema de lo peor de nuestro sindicalismo.
Lo que importa es poner el oído ante ciertas demandas de sectores sociales que quizá no participen de los cacerolazos pero sí pueden ser afectados por el ruido y el clima mediático que generan las protestas. Algunos datos preocupantes que debería leer el kirchnerismo son los que se desprenden de un estudio de opinión pública realizado por una consultora cercana al Gobierno. Según el trabajo, más de un tercio de los entrevistados dijo apoyar el cacerolazo anterior. Una cuarta parte dijo no apoyarlo en absoluto y los demás admitieron compartir algunos de los reclamos. Los integrantes del primer grupo votaron en las últimas elecciones a todo candidato que no fuera Cristina, mientras que entre los del tercer grupo hay quienes sí la votaron.
Para El Cipayo, se va la dictadura
El Cipayo es uno de los espacios más activos en la blogosfera antikirchnerista. La razón acerca de la elección del nombre es ésta, según sus hacedores: “Cipayo, gorila, oligarca y vendepatria. Palabras que nos llevan a un país que ocurrió hace mucho tiempo atrás. Hoy, quienes nos gobiernan, para descalificar a los que pensamos distinto, nos etiquetan de esa forma a modo de descalificación”.
En estos días, éstos fueron algunos de los tuits publicados en El Cipayo, los primeros, vinculados con la desafortunada intervención de Andrés Larroque en el Congreso: “Cuervo Larroque4, el arquetipo de la cara desquiciada y vergonzosa del 'modelo K'”. “Gracias #Larroque por convocar más gente al #8N. Mejor no lo pudiste haber hecho”. Un Fernando Solanas que difícilmente sea Pino, afirma: “La ley para permitir el voto a menores es un fraude preelectoral”. Ddgmerkin hace esta comparación histórica: “El #8N es como el 30 de marzo del 1982. ¡Que nadie te quite el privilegio de decir (#8N) Yo Estuve Ahí”.
Maleducados, aprendan a votar
Argentina contra K es el blog de Luciano Bugallo, uno de los más conocidos impulsores del cacerolazo desde las redes sociales. Una leyenda debajo del nombre del blog dice: “Un K es alguien que sigue las ideas de Cristina. Un antiK es aquel que las entiende”.
El texto central de estos días, acompañado de una fotografía nocturna del Obelisco con gente movilizada, lleva una cuenta regresiva en inglés convocando con este lema: “El 13/S la Plaza nos quedó chica. Ahora vamos al Obelisco”.
Desde las páginas del blog se prevé una organización cuidadosa del 8N. Hay tres grandes citas “en tres columnas a las 19.00”: Callao y Santa Fe, Corrientes y Pueyrredón, Belgrano y 9 de Julio. Más una larga lista de puntos de encuentro en barrios de la Capital, el conurbano y ciudades del interior.
Dos tuits anónimos reflejan cierto violento desconcierto del antikirchnerismo que devienen de su anclaje en la antipolítica, más racismo: “Disculpen pero no sé hasta qué punto sirven las protestas pacíficas. Creo que hace más ruido y tiene más repercusión si se arma otro diciembre 2001. El otro: “El problema es como sucede en la mayoría de los países, las masas que terminan definiendo las elecciones son las que fueron privadas de educación”.
Fuente Miradas al Sur
domingo, 12 de junio de 2011
Ocultación insólita
Es difícil entender que el odio que una buena parte del poder mediático argentino profesa a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, oculte una noticia tan relevante como el lanzamiento del cohete SAC-D/Aquarius y la fabricación en el país de cinco instrumentos de medición de altísima especificidad:
- La Conae aporta una cámara de alta sensibilidad (HSC) para observación nocturna y aplicaciones al estudio de auroras, intensidad de luces urbanas, tormentas eléctricas, vigilancia, detección de incendios y cobertura de nieve, entre otras importantes aplicaciones.
Leer artículo completo de Página12- El Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (FI-UNLP) aportan un radiómetro de microondas, para medir la velocidad superficial del viento, vapor de agua y contenido de agua en las nubes sobre los océanos, concentración de hielo marino con el fin de proveer parámetros geofísicos relevantes aplicados a pronósticos climáticos e hidrológicos orientados a estudios regionales, así como también contribuir a la determinación de la Salinidad Superficial de los Mares (SSM) obtenida por el instrumento Aquarius de la NASA.
- El Centro de Investigaciones Opticas del Conicet, el IAR y la FI-UNLP (con la colaboración de la Canadian Space Agency –CSA–) aportan una cámara de nueva tecnología de barrido en el infrarrojo, para determinar eventos de alta temperatura sobre el suelo (incendios y erupciones volcánicas), medir sus parámetros físicos (energía liberada, temperatura, ubicación de focos de calor) y medir la Temperatura Superficial del Mar (TSM) sobre la costa oriental de Sudamérica y otras áreas seleccionadas. También la TSM podrá emplearse para un ajuste más fino de la determinación de la SSM obtenida por el instrumento Aquarius.